Améscoa y el enigma de Done Loria
¿Por qué es la única
dedicada a la advocación de las Santas Nunilo y Alodia en Navarra?
¿Por qué tenía y tiene dependencia eclesiástica de la parroquial de Eulate y no de la de Zudaire,
puesto que a sus pies discurría la Galtzada Zaharra que unía los puertos de
Zudaire y de Olazagutia?
¿Por qué, desde hace siglos, estaba
incluida en los actos de culto de Améscoa Baja y no en los de Améscoa Alta?
¿Por qué, el día de su
celebración en el santoral, el 22 de octubre, subían los vecinos de Améscoa Baja y no los de
Eulate?
Todo esto, como este blog, es microhistoria, y algo he descubierto, algo he deducido y algo cuento.
Antes de nada, como
ermita amescoana diré que es peculiar, y lo es porque no hay otra en toda
Navarra con esta advocación. Aunque las reliquias de las santas de su patrocinio estuvieran durante
siglos, o eso se dice, en el monasterio de Leire.
Es peculiar porque es
una ermita amescoana, y sigo haciendo hincapié en lo de amescoana, pero situada
fuera del territorio amescoano.
Y más peculiaridades
tiene, pero no voy a descubrirlas todavía porque le quitaría suspense a la narración y
eso es lo que no deseo.
Empezaré
pues desde cero. La ermita en el tiempo en que yo he trabajado historia y
cultura amescoana, era conocida en todo el valle, pero especialmente en Eulate,
de cuya parroquial tiene dependencia eclesiástica y donde se considera como
ermita propia.
También es conocida, aunque solo sea porque, pese a sus reducidas dimensiones, ocupa una posición de atalaya sobre el Raso de Urbasa y es visible, cada vez menos por los crecidos fresnos que le rodean, desde un radio extenso.
Empecé
a interesarme por su identidad por la rareza de los nombres de las Santas, Alodia y Nunilo
(también Elodia y también Nunilón y Nunilona). Y vi que, entre personas de mi edad, había quien
llevaba ese nombre, algo que tampoco me llamaba la atención llevando yo el
nombre que llevo.
Pero no
encontraba ningún posible vínculo entre las Santas y Eulate en particular o el
valle en general. Y empecé a husmear en lo que la historia podía contarme al
respecto. Y la primera pista me llevó a su relación con Navarra por vía del
monasterio de Leire.
Cuando
visitamos Leire lo tuve en cuenta y estuvimos en el altar/capilla que tienen
dedicado, que da idea de la importancia que les dieron en su época.
Al
margen de la visita, la identidad de las Santas era bastante “neblinosa”. Había
y hay abundantes hipótesis al respecto.
Se trataba de dos hermanas gemelas, de padre musulmán
y madre cristiana y familia acomodada. Tras la muerte de su padre, siendo niñas, fueron educadas
por su madre en la fe cristiana. Fallecida la madre, fueron obligadas a renegar
de la fe cristiana y, tras negarse, fueron ejecutadas por decapitación el año 851 u 852, el 21 o el 22 de octubre. Hasta ahí, todas las biografías
coinciden. No se precisa su edad, aunque deduzco que pudieran tener entre doce
y quince años, siempre menor de veinte (mi posible error de apreciación es irrelevante).
Sus
restos, con la consideración de reliquias, pasaron a manos de los reyes de
Navarra, que confiaron su custodia al monasterio de Leire.
En
cuanto al lugar donde nacieron y ocurrieron los sucesos, hay una mayoría que se
inclina por considerarlas aragonesas (Adahuesca en Huesca). Y no faltan algunos que
las consideran andaluzas y los menos, riojanas. No perderé el tiempo con esto.
Tras diferentes acontecimientos, en los que nada tuvo que ver nuestro valle, sus reliquias o parte de ellas, están presuntamente, en Adahuesca (Huesca), Monasterio de Leire (Navarra), Huéscar y Puebla de Don Fadrique (ambos en Granada).
Pero
todo esto no es sino anécdota para mi propósito y ya cierro el capítulo de
información previa.
El nombre antiguo
Nada de lo dicho arrojaba ninguna luz sobre el origen de la devoción local por las Santas, dada la escasa popularidad de las mismas a nivel de martirologio, al menos hasta donde he podido recabar información. Pero lo mismo ocurría con San Cucufat en Lokiz o con San Briz en San Martín y ahí permanecieron como titulares de ermitas durante siglos.
Y opté
por indagar en la historia local. Y pensé que debía haber datos en Eulate,
puesto que era Eulate quien la consideraba suya, como reza en grafismo reciente
y muy desmañado en el dintel de la puerta de la ermita.
Pero me llevé una sorpresa, porque las primeras menciones de la ermita no están en Eulate, sino en Améscoa Baja. Y la más antigua, concretamente en Zudaire. Y es importante además, porque pone de manifiesto el nombre que le daban los amescoanos a la ermita en la Edad Media: Dona Loria y Done Loria. Se cita en las Ordenanzas de Zudaire de 1554 en el artículo 19, en el que se hace mención a “las procesiones que entre año hacen” y es uno de los destinos al que procesionar.
Incluí
estos y otros datos del mismo tipo, documentados en los siglos XVI, XVII y
XVIII, entre las informaciones que aporté al Tomo XVIII de Nafarroako Toponimia
eta Mapagintza, Toponimia y Cartografía de Navarra, publicado en 1994. Y era una novedad, porque ese nombre no había salido antes del armario. Había recuerdo de un "Santa Engloria" y "Santa Ingloria" en la encuesta oral que hicimos Arantza Garate y yo en los años ochenta y primeros de los noventa.
La interpretación
lingüística que hacía Euskaltzaindia para esta expresión era “que Loria era
la forma vasca antigua del nombre Gloria”. Personalmente, creo que aquí tenía otro significado.
Creo que los amescoanos, vascófonos monolingües cuando pusieron el apelativo,
pensaban, no en un nombre propio, sino en dos santas, Nunilo y Alodia, cuyos
nombres conocían y diferenciaban perfectamente, “que estaban en la Gloria”, o
sea, “en el Cielo” y algo así querían expresar. Pero esto es también
irrelevante.
Lo
relevante es que sabemos hoy como les llamaban a las Santas: Done Loria. Pero,
resuelto ese enigma, que lo fue hasta descubrirlo, 1988, y divulgarlo, 1994, nos quedan más.
Las
contradicciones
Mientras
que de los reparos de la ermita le pide cuentas a Eulate (Améscoa Alta) el
obispado de Calahorra y La Calzada, quien se muestra activo en incluirla en su
cofradía es Améscoa Baja, de cuyo reglamento le pide cuentas el obispado de Pamplona. Pero esto no es un síntoma de rivalidad. Cada uno lo lleva a su aire y nadie se molesta.
Eulate no incluye acto alguno, ni rogativa, ni procesión, en sus ordenanzas relativo a la ermita de Done Loria. Si es por los datos documentados, se ocupan de temas de mantenimiento y se cita con frecuencia la existencia de ermitaño (aunque no hay que entender que viva en la ermita) y la contratación de cantero para los "reparos", siempre a cargo de Eulate.
Hay mandatos testamentarios de todo tipo con relación a la ermita. Se dejan encargadas misas en la ermita y hay donaciones de limosnas, de aceite para la lámpara y hasta de un lienzo. Y se mencionan unas cuantas reparaciones, normalmente hechas por canteros, como ya he citado, en el libro de Fábrica de la iglesia de Eulate. Entiendo por todo ello que la ermita tenía utilidad y lo subrayo, porque hasta la construcción del Palacio no hubo otro edificio en el que guarecerse en momentos de temporal, que los había.
En Améscoa Baja. Ya he mencionado que Zudaire tenía incluida la ermita entre las procesiones previstas en sus Ordenanzas de 1554.
En 1670
se puede leer en el libro de la Cofradía de San Cristóbal, cofradía común a
todo el valle de Améscoa Baja, haciendo mención al Capellán de la misma “Que
tampoco tiene obligación de ir a la Basílica de las Vírgenes porque está
convenido por pleito que no hagamos procesiones”. Pero esto era puramente circunstancial, lo que quiere decir que iban habitualmente. Y de la Cofradía eran
miembros casi todos los vecinos adultos del valle.
En 1738
se aprueba el siguiente artículo en la Cofradía: “De aquí en adelante, a perpetuo, el
Capellán que fuere nombrado… sea obligado de acudir a la Ermita de las Santas
Nunilo y Alodia que se halla en los Montes Reales de Urbasa, con Misa, siempre
que la Comunidad determine el ir en Rogativa a dichas Santas y que también sea
obligado dicho capellán a ir con Misa a dicha Ermita el Día de las Santas…”
Luciano Lapuente,
menciona la celebración de tres procesiones en rogativa a las Santas en 1784,
que parten de Améscoa Baja. Cita también el acuerdo tomado en Junta General del
Valle: ‘Que de aquí en adelante se hagan todas las procesiones de rogativas
y otras que delibere el Valle a la ermita de San Cristobal, donde han puesto
las efigies de las santas Nunila y Alodia que justamente y a tal fin se han
construido". La razón de tomar esta decisión, añade Lapuente, fue: ‘que
los que suben a la ermita de las Santas, propia de Eulate, en la Sierra de
Urbasa, padecían algunos trabajos, lo uno por lo largo del camino y vuelta que
toma la procesión y que por las muchas lluvias que ocurren, no puede la gente
transitar por los caminos’.
Le habían hecho
pues dos imágenes nuevas, hoy rescatadas, de la ermita de la Cofradía de San
Cristóbal de Baríndano, ya arruinada. Y trasladadas después a la iglesia de Zudaire.
Por otro lado y desde el punto de vista geográfico e histórico, ese edificio, mitad ermita, mitad cuadra, constituía un refugio en un lugar estratégico y permitía guarecerse.
Ignoro quién pudo construirlo o de quién fue la iniciativa, pero la devoción era más debida, pienso, a su utilidad, que a la ejemplaridad de la aceptación del martirio por parte de Nunilo y Alodia, de cuyas vidas nada supieron los naturales de estos valles, pero sí del abrigo que el edificio, bien situado, en caso de apuro meteorológico, proporcionaba.
Lo que importaba es que hubiera aceite en la lámpara, leña en la chimenea y bien tendido el cubierto. Porque en la ermita había una parte de cuadra para acorralar monturas en caso de tener que refugiarse por un mal tiempo andando de viaje. Y eso tenía mucho valor.
Por eso quizá nadie se riñó por la ermita, ni se cultivó en exceso la devoción por las Santas, pero se agradeció mucho.
Yo hice unas fotos de las imágenes de las Santas en los años ochenta y me pasaron otras hace tres años, por lo que pude comprobar que mantenían sus amputaciones. No sé de cuándo datan las esculturas originales, y he querido realizar unas pequeñas aportaciones al respecto.
Incluyo mis dos intentos de trabajo con la AI. Es una AI modestita, pero currándosela, algo resulta.
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