El apagón de los Álvarez de Eulate
Palacio de Eulate a vista de pájaro. Foto de Manolo San Martín.1698
(16/09). Martes a media noche murió D. Juan de Eulate (Álvarez de Eulate),
Caballero de la Orden de Santiago, Dueño y Señor de los Palacios de Eulate, no
recibió los Santos Sacramentos porque murió de repente , pero se confesó y
comulgó domingo antecedente como tenía de costumbre confesarse y comulgarse de
ocho a ocho días y fiestas pricipales del año , principalmente de Nuestra
Señora.
A su
cuerpo se le dio tierra miércoles inmediato a la nochecer, cumplidas veinte y
cuatro horas . El entierro (se refiere al funeral) se le hizo a los siete días
del mes de octubre. Honras y Cabo de Año los dos inmediatos días.
A su
entierro fueron convocados todos los Señores Sacerdotes de esta Valle de
Amescua la Alta y la Baja.
Doña
Teresa de Alaiza, su mujer, mandó decir luego las cuarenta y siete misas de San
Gregorio y San Vicente Ferrer por la ánima de su marido y mandó también decir más cien misas, las cincuenta cantadas y las otras cincuenta rezadas por
los sacerdotes de este sobredicho lugar y para que conste. Firma
D. Fermin Ochoa de Baquedano"
Había
nacido el 1 de abril de 1643, por lo que contaba con 55 años. Era hijo de Juan
Álvarez de Eulate y Albizu y de Catalina Ruiz de Luzuriaga y González de Rozas. No
está claro si nació en Salvatierra o en Eulate, pero sí que fue bautizado en
Eulate, donde lo más probable es que naciera.
Yo creo
que su padre falleció en 1652, con cuarenta años, viviendo todavía su abuelo,
Don Juan, el que fue Gobernador de Nuevo México, que murió en 1655.
Este Don
Juan[1]
del que tratamos y del que muy poco se sabe, tenemos noticia de que ingresó en
la Orden de Santiago a edad temprana, pero que casó a edad tardía, para lo que
era usual en los Álvarez de Eulate.
Contrajo
matrimonio en Álava con María Teresa Fernández de Alaiza y García de Zuazo en
1684, ya con cuarenta años cumplidos. Y del matrimonio nacieron, casi cinco
años después de celebrado este, en Salvatierra, dos hijos y una hija, cuando él
ya tenía entre 47 y 52 años.
He
mencionado esto porque sus hijos, en el momento de su fallecimiento tenían 8, 5
y 3 años de edad respectivamente. Obviamente, la familia, que no vivía
habitualmente en el palacio de Eulate, retornó a Salvatierra, su residencia
habitual. Con ello, el palacio, dejó de habitarse por los Álvarez de Eulate
incluso ocasionalmente.
Diré,
como anécdota, que tras la prematura muerte del Álvarez de Eulate que se
titulaba Señor del Palacio, quedaban aún dos más portadores de ese apellido avecindados
en Améscoa.
Seis
meses después fallecía uno de ellos, Don Gonzalo Álvarez de Eulate, tío del
citado anteriormente. En concreto, el día 13 de marzo de 1699, “después de
haber recibido los Santos Sacramentos de Penitencia, Eucaristía y
Extremaunción, Comisario del Santo Oficio y Abad del lugar de San Martín. Testó
ante Esteban de Segura, Escribano Real, a favor de su sobrino Don Juan de
Eulate[2]
y en su falta, a favor del dueño que fuere de los palacios de este lugar de
Eulate.
Dispuso
que su cuerpo fuese enterrado en la sepultura del Palacio de este lugar en la
parroquia de San Martín, que se la dijesen 300 misas por los sacerdotes de este
lugar con la limosna de a 2 Reales y que a su entierro se llamasen los cabildos
de los valles de Amescua Alta y Baja, que se llevase el pan añal y se le
hiciese el Noveno de la Cruz. Todo lo cual cumplió Doña Teresa de Alaiza, viuda
de Don Juan de Eulate y Tutora y Curadora de sus hijos, dueños de los palacios
de este lugar.”
Firma: D. Fermin Ochoa de Baquedano.
Quedaba una sola persona con ese apellido en Améscoa, también avecindada en Eulate.
Y era familia
del anterior, concretamente era hija de Don Gonzalo Álvarez de Eulate, el Abad
o Párroco de San Martín de Améscoa Baja, también vecino de Eulate.
Y esta
es la pequeña historia de Gonzalo y de su hija Ana María.
Gonzalo
nació en 1614, hijo de Juan de Eulate (Álvarez de Eulate) y María de Albizu. El
primer hijo, Juan, nacido en 1612 sería Señor de los Palacios y aprendería el
arte de la guerra. El segundo, a la Iglesia. Las hijas a casarlas bien. Y los
demás a ver venir.
El caso
es que el 23 de septiembre de 1639 bautizaba Don Diego de Albizu, párroco de Eulate, a una niña y
escribía: “Ana María de Eulate, hija natural según he sido informado y
asegurado de Don Gonzalo de Eulate y Catelina Díaz de Jáuregui, mis feligreses,
personas libres. Abuelos paternos: El Gobernador Don Joan de Eulate y Doña
María de Albizu, Dueños del Palacio del dicho lugar de Eulate. Abuelos
maternos: Joan y Catelina Ruiz de Larramendi. Padrinos: Joan Ibáñez de Ursua y
Margarita Ochoa de Baquedano. Bautiza: Don Diego de Albizu”. Algo que hace bajo su criterio y que no debió gustar a Don Gonzalo y lo digo por la resistencia que pone luego a que quede clara su paternidad en los Libros Parroquiales.
En 1659,
Don Gonzalo de Eulate, casa en la iglesia de Eulate, el 18 de Enero, a su hija
Ana María con Diego Díaz de Jáuregui. Y en la inscripción del matrimonio
eclesiástico no cita los padres ni los abuelos, como es preceptivo, de ninguno
de los dos contrayentes. Ana María tiene 19 años.
Imagen de Don Gonzalo con su hija Ana María y su futuro marido, Diego Díaz de Jáuregui (1659). Elaborada con ayuda de Gemini.Da a
luz una hija, a la que nombran Ana María en noviembre de ese año, a los veinte
de edad. En 1663, tiene otra hija a la que pone por nombre Teresa. Le bautiza
su padre, Don Gonzalo, que sigue sin poner en la partida de Bautismo el nombre
de los abuelos, ya que es él uno de ellos.
En 1667,
Ana María da a luz un niño, Juan, y por primera vez se puede leer en la partida de bautismo quién es su
padre, algo que era de todos conocido. Gonzalo tiene
que esperar a pasar de cincuenta años y a que su hija pase de veintisiete para escribir algo que es público y notorio. En 1670, tiene una hija María Ángel. En 1673, tiene otra hija, Cathelina.
El 18 de
enero de 1703 fallecía Ana María Álvarez de Eulate Díaz de Jáuregui, “de
enfermedad natural”.
Poco
natural me parece para una mujer morir a los 64 años, pero no me la imagino con
una niñez muy feliz siendo “la hija del cura”, que además era el hermano del
palaciano y por los desplantes que hizo en los apuntes de los libros
parroquiales, me imagino las atenciones que tendría para con la madre de su
hija y con su hija.
Parece que reservó sus energías para blindarse con 300
misas por lo que pudiera pasar en el más allá. Y entre tanto vivió 85 años, 20 más que su hija.
Y Ana
María, apagó con su fallecimiento el apellido Álvarez de Eulate en Améscoa, que quizá no hubiera llevado de no imponerse el criterio de D. Diego de Albizu que asentó su nacimiento según había
sido informado y asegurado.
Amén.
[1] Todos los primogénitos de los Eulate/Álvarez de Eulate eran
bautizados como Joan/Juan. Y de entre ellos el que alcanzó cierto brillo fue el
nombrado Gobernador de Nuevo México. Tiene una biografía rica que puede encontrarse
fácilmente en Internet.
[2] Es el fallecido ya citado anteriormente y el testamento había
sido hecho con anterioridad.
1698
(16/09). Martes a media noche murió D. Juan de Eulate (Álvarez de Eulate),
Caballero de la Orden de Santiago, Dueño y Señor de los Palacios de Eulate, no
recibió los Santos Sacramentos porque murió de repente , pero se confesó y
comulgó domingo antecedente como tenía de costumbre confesarse y comulgarse de
ocho a ocho días y fiestas pricipales del año , principalmente de Nuestra
Señora.
A su
cuerpo se le dio tierra miércoles inmediato a la nochecer, cumplidas veinte y
cuatro horas . El entierro (se refiere al funeral) se le hizo a los siete días
del mes de octubre. Honras y Cabo de Año los dos inmediatos días.
A su
entierro fueron convocados todos los Señores Sacerdotes de esta Valle de
Amescua la Alta y la Baja.
Doña Teresa de Alaiza, su mujer, mandó decir luego las cuarenta y siete misas de San Gregorio y San Vicente Ferrer por la ánima de su marido y mandó también decir más cien misas, las cincuenta cantadas y las otras cincuenta rezadas por los sacerdotes de este sobredicho lugar y para que conste. Firma D. Fermin Ochoa de Baquedano"
Había
nacido el 1 de abril de 1643, por lo que contaba con 55 años. Era hijo de Juan
Álvarez de Eulate y Albizu y de Catalina Ruiz de Luzuriaga y González de Rozas. No
está claro si nació en Salvatierra o en Eulate, pero sí que fue bautizado en
Eulate, donde lo más probable es que naciera.
Yo creo
que su padre falleció en 1652, con cuarenta años, viviendo todavía su abuelo,
Don Juan, el que fue Gobernador de Nuevo México, que murió en 1655.
Este Don
Juan[1]
del que tratamos y del que muy poco se sabe, tenemos noticia de que ingresó en
la Orden de Santiago a edad temprana, pero que casó a edad tardía, para lo que
era usual en los Álvarez de Eulate.
Contrajo
matrimonio en Álava con María Teresa Fernández de Alaiza y García de Zuazo en
1684, ya con cuarenta años cumplidos. Y del matrimonio nacieron, casi cinco
años después de celebrado este, en Salvatierra, dos hijos y una hija, cuando él
ya tenía entre 47 y 52 años.
He
mencionado esto porque sus hijos, en el momento de su fallecimiento tenían 8, 5
y 3 años de edad respectivamente. Obviamente, la familia, que no vivía
habitualmente en el palacio de Eulate, retornó a Salvatierra, su residencia
habitual. Con ello, el palacio, dejó de habitarse por los Álvarez de Eulate
incluso ocasionalmente.
Diré,
como anécdota, que tras la prematura muerte del Álvarez de Eulate que se
titulaba Señor del Palacio, quedaban aún dos más portadores de ese apellido avecindados
en Améscoa.
Seis
meses después fallecía uno de ellos, Don Gonzalo Álvarez de Eulate, tío del
citado anteriormente. En concreto, el día 13 de marzo de 1699, “después de
haber recibido los Santos Sacramentos de Penitencia, Eucaristía y
Extremaunción, Comisario del Santo Oficio y Abad del lugar de San Martín. Testó
ante Esteban de Segura, Escribano Real, a favor de su sobrino Don Juan de
Eulate[2]
y en su falta, a favor del dueño que fuere de los palacios de este lugar de
Eulate.
Dispuso
que su cuerpo fuese enterrado en la sepultura del Palacio de este lugar en la
parroquia de San Martín, que se la dijesen 300 misas por los sacerdotes de este
lugar con la limosna de a 2 Reales y que a su entierro se llamasen los cabildos
de los valles de Amescua Alta y Baja, que se llevase el pan añal y se le
hiciese el Noveno de la Cruz. Todo lo cual cumplió Doña Teresa de Alaiza, viuda
de Don Juan de Eulate y Tutora y Curadora de sus hijos, dueños de los palacios
de este lugar.”
Firma: D. Fermin Ochoa de Baquedano.
Quedaba una sola persona con ese apellido en Améscoa, también avecindada en Eulate.
Y era familia del anterior, concretamente era hija de Don Gonzalo Álvarez de Eulate, el Abad o Párroco de San Martín de Améscoa Baja, también vecino de Eulate.
Y esta
es la pequeña historia de Gonzalo y de su hija Ana María.
Gonzalo
nació en 1614, hijo de Juan de Eulate (Álvarez de Eulate) y María de Albizu. El
primer hijo, Juan, nacido en 1612 sería Señor de los Palacios y aprendería el
arte de la guerra. El segundo, a la Iglesia. Las hijas a casarlas bien. Y los
demás a ver venir.
El caso
es que el 23 de septiembre de 1639 bautizaba Don Diego de Albizu, párroco de Eulate, a una niña y
escribía: “Ana María de Eulate, hija natural según he sido informado y
asegurado de Don Gonzalo de Eulate y Catelina Díaz de Jáuregui, mis feligreses,
personas libres. Abuelos paternos: El Gobernador Don Joan de Eulate y Doña
María de Albizu, Dueños del Palacio del dicho lugar de Eulate. Abuelos
maternos: Joan y Catelina Ruiz de Larramendi. Padrinos: Joan Ibáñez de Ursua y
Margarita Ochoa de Baquedano. Bautiza: Don Diego de Albizu”. Algo que hace bajo su criterio y que no debió gustar a Don Gonzalo y lo digo por la resistencia que pone luego a que quede clara su paternidad en los Libros Parroquiales.
En 1659,
Don Gonzalo de Eulate, casa en la iglesia de Eulate, el 18 de Enero, a su hija
Ana María con Diego Díaz de Jáuregui. Y en la inscripción del matrimonio
eclesiástico no cita los padres ni los abuelos, como es preceptivo, de ninguno
de los dos contrayentes. Ana María tiene 19 años.
Da a luz una hija, a la que nombran Ana María en noviembre de ese año, a los veinte de edad. En 1663, tiene otra hija a la que pone por nombre Teresa. Le bautiza su padre, Don Gonzalo, que sigue sin poner en la partida de Bautismo el nombre de los abuelos, ya que es él uno de ellos.
En 1667,
Ana María da a luz un niño, Juan, y por primera vez se puede leer en la partida de bautismo quién es su
padre, algo que era de todos conocido. Gonzalo tiene
que esperar a pasar de cincuenta años y a que su hija pase de veintisiete para escribir algo que es público y notorio. En 1670, tiene una hija María Ángel. En 1673, tiene otra hija, Cathelina.
El 18 de
enero de 1703 fallecía Ana María Álvarez de Eulate Díaz de Jáuregui, “de
enfermedad natural”.
Poco natural me parece para una mujer morir a los 64 años, pero no me la imagino con una niñez muy feliz siendo “la hija del cura”, que además era el hermano del palaciano y por los desplantes que hizo en los apuntes de los libros parroquiales, me imagino las atenciones que tendría para con la madre de su hija y con su hija.
Parece que reservó sus energías para blindarse con 300
misas por lo que pudiera pasar en el más allá. Y entre tanto vivió 85 años, 20 más que su hija.
Y Ana
María, apagó con su fallecimiento el apellido Álvarez de Eulate en Améscoa, que quizá no hubiera llevado de no imponerse el criterio de D. Diego de Albizu que asentó su nacimiento según había
sido informado y asegurado.
Amén.
[1] Todos los primogénitos de los Eulate/Álvarez de Eulate eran bautizados como Joan/Juan. Y de entre ellos el que alcanzó cierto brillo fue el nombrado Gobernador de Nuevo México. Tiene una biografía rica que puede encontrarse fácilmente en Internet.
[2] Es el fallecido ya citado anteriormente y el testamento había sido hecho con anterioridad.