Domingo Bados, primer maestro navarro asesinado en 1.936
Asesinato de Domingo Bados
Fue
además el primer amescoano, víctima mortal del levantamiento militar del 18 de
julio de ese año.
Domingo
había nacido en San Martín el 29/12/1903, hijo de Marcelino Bados (n. Eulate) y
de Dorotea García (n. San Martín), vecinos ambos de San Martín. Con seis años
de edad falleció su madre y su padre volvió a contraer matrimonio.
Tras su
formación correspondiente, entre 1919 y 1922, ejerció como maestro interino en
Bearin, para hacer después el servicio
militar. Fue docente en otras localidades de Navarra hasta aprobar las
oposiciones, siendo destinado a Nafría de Ucero (Soria) en 1927.
Desde
allí obtuvo plaza en Olazagutia donde llegó en enero de 1930. Aquí fue
Secretario del Consejo Local de Enseñanza y creador del Centro Republicano.
En 1930
fundó la Unión de Maestros Españoles de Navarra y posteriormente ingresó en la Asociación
Provincial de Trabajadores de la Enseñanza de Navarra de la UGT siendo vocal bibliotecario
de su Junta Directiva en 1932 y promoviendo la creación de la Biblioteca
Circulante de dicha organización. Fue colaborador de la publicación "Trabajadores".
Durante tres meses de 1933 fue alcalde de Olazagutia al frente de una Comisión
Gestora municipal que se formó hasta las elecciones del 23 de abril.
Fue
detenido y encarcelado en Pamplona (Navarra) por su presunta participación en
la huelga general de octubre de 1934, acusado de haber participado en una
acción con los ferrocarriles de la zona. En juicio celebrado el 23/02/1935 quedó
en libertad al no quedar probada dicha acusación.
Así
pues, Domingo se había significado, por un lado, como enseñante y amante de la
cultura. Por otro lado, como político y sindicalista activo.
Era
pues el socialista más destacado y más aborrecido por la derecha en una zona,
la Burunda, donde estaban instaladas algunas de las empresas más fuertes de
Navarra, dos de ellas en Olazagutia: Cementos Portland e Hijos de Victoriano
Echávarri. Y donde la familia Echávarri era declarada y activamente
procarlista.
En
febrero de 1936, tras unas oposiciones, obtuvo
plaza de maestro en el grupo escolar "Menéndez y Pelayo" de Madrid y
en abril abandonó esa función en Olazagutia.
Al producirse el
golpe militar estaba en Navarra pasando sus vacaciones, y repartía su tiempo
entre Olazagutia, donde residía su prometida, y San Martín, domicilio
paterno.
A su alrededor y a
muy corta distancia estaban ocurriendo sucesos muy graves.
El 19 de julio,
domingo, el bando de Mola tras el alzamiento provocaba el cese inmediato del ayuntamiento
de Eulate y daba paso a una comisión gestora. Uno de los concejales
cesados, Gregorio García, miembro de la UGT local, sería asesinado unas semanas
más tarde.
El nuevo ayuntamiento
nombrado por los golpistas destituía al guarda de Limitaciones Balbino García
de Albizu (mi abuelo), miembro de la UGT local, que también sería
asesinado poco después.
El día 21 de julio, martes,
quedó destituido el ayuntamiento de Olazagutia y nombrada una gestora, “de carácter gubernativo”. Y fueron
destituidos varios empleados municipales “por
haberse distinguido en actividades extremistas y pertenecer a organizaciones de
igual índole”.
He citado estos casos
porque estas noticias eran conocidas por Domingo Bados que, el 25, sábado, día
de Santiago, fue detenido en Améscoa por un grupo conocido como “la Guardia
de Zudaire”, que lo trasladó, no está claro, si a Alsasua directamente, o
antes a Olazagutia.
Las cuatro personas
que formaban parte del grupo que lo detuvo cargaron los gastos de esa detención
al ayuntamiento de Améscoa Baja, en nota manuscrita que dice: “Cuatro endividuos por la detención del
Maestro de Olazagutia, 4 comidas a 3 pts … 12,00”. Lo que debe entenderse
como que realizaron este y otros trabajos similares con la venia municipal. Y
también, que comieron en el lugar de destino, Alsasua u Olazagutia, a cuenta de
la detención y por ser la festividad de Santiago.
Nota de gastos de los cuatro amescoanos que llevaron a Domingo detenido
Una vez en Alsasua,
Domingo pasó a la cárcel, de donde fue sacado por unos falangistas la noche del
27 de julio, lunes, llevado a la carretera de Pamplona y muerto por disparos de
arma corta. Tras darle muerte, siguiendo instrucciones del oficial al mando, un
capitán de Falange, pasaron con el coche sobre la cabeza del cadáver a fin de
desfigurarlo y dificultar su reconocimiento.
Pero cuando se
llevó el cadáver ante el juez, para que ordenase la autopsia, no solo supo
quién era la víctima, a quien conocía personalmente, sino que lo comprobó al
extraer la cartera de las ropas del cadáver, precaución que no habían tomado los ejecutores. Se lo notificó así al capitán de
Falange, pero este, tras arrojar la documentación al fuego, le ordenó declarar
irreconocible al cadáver en el Acta de Defunción.
Y como tal cadáver no
identificado, fue enterrado en la fosa común del cementerio de Alsasua.
Marino Ayerra, portada de su libro y Acta de Defunción de un desconocido que era Domingo BadosAsí lo narra Marino
Ayerra Redín en su libro “No me avergoncé del Evangelio. Desde mi parroquia”,
publicado en 1958 y en 1959 en Buenos Aires y en 1978, con notas de Jimeno
Jurío, en Bilbao.
Ayerra tuvo
información inmediata por uno de los ejecutores de Domingo Bados y por el juez
de Alsasua, Alejo Leoz, que firmó el Acta de Defunción.
Así se lo describió
años después Ayerra a José María Jimeno Jurío, que había obtenido testimonios
similares en sus encuestas realizadas en Alsasua.
Y así consta en el
Juzgado de Alsasua en el que existe un Acta de Defunción, que localicé en 2012,
con la ayuda de Javier García García de Eulate, que colaboró en la
investigación histórica de la represión derivada del golpe militar de 1936.
Inscripción de Domingo Bados junto a su hermano Balbino en el Muro de SartagudaEste es el primer
maestro navarro y amescoano en ser depurado por el Movimiento Nacional. En
septiembre, su hermano Balbino, también maestro, también amescoano, sería
igualmente depurado por el sistema de tiro nocturno y fosa.
Algo contaré al
respecto antes de que hordas patrióticas proclamen un Movimiento Nacional.2 y declaren
altamente tóxica la Memoria Histórica.
Para saber más:
GARCÍA DE ALBIZU, Balbino (2017).
"¿Qué hicimos aquí con el 36? La represión de civiles en
retaguardia por su ideología en las Améscoas y Urbasa". Editorial:
Lamiñarra. Pamplona.
Fue
además el primer amescoano, víctima mortal del levantamiento militar del 18 de
julio de ese año.
Domingo
había nacido en San Martín el 29/12/1903, hijo de Marcelino Bados (n. Eulate) y
de Dorotea García (n. San Martín), vecinos ambos de San Martín. Con seis años
de edad falleció su madre y su padre volvió a contraer matrimonio.
Tras su
formación correspondiente, entre 1919 y 1922, ejerció como maestro interino en
Bearin, para hacer después el servicio
militar. Fue docente en otras localidades de Navarra hasta aprobar las
oposiciones, siendo destinado a Nafría de Ucero (Soria) en 1927.
Desde
allí obtuvo plaza en Olazagutia donde llegó en enero de 1930. Aquí fue
Secretario del Consejo Local de Enseñanza y creador del Centro Republicano.
En 1930
fundó la Unión de Maestros Españoles de Navarra y posteriormente ingresó en la Asociación
Provincial de Trabajadores de la Enseñanza de Navarra de la UGT siendo vocal bibliotecario
de su Junta Directiva en 1932 y promoviendo la creación de la Biblioteca
Circulante de dicha organización. Fue colaborador de la publicación "Trabajadores".
Durante tres meses de 1933 fue alcalde de Olazagutia al frente de una Comisión
Gestora municipal que se formó hasta las elecciones del 23 de abril.
Fue
detenido y encarcelado en Pamplona (Navarra) por su presunta participación en
la huelga general de octubre de 1934, acusado de haber participado en una
acción con los ferrocarriles de la zona. En juicio celebrado el 23/02/1935 quedó
en libertad al no quedar probada dicha acusación.
Así
pues, Domingo se había significado, por un lado, como enseñante y amante de la
cultura. Por otro lado, como político y sindicalista activo.
Era
pues el socialista más destacado y más aborrecido por la derecha en una zona,
la Burunda, donde estaban instaladas algunas de las empresas más fuertes de
Navarra, dos de ellas en Olazagutia: Cementos Portland e Hijos de Victoriano
Echávarri. Y donde la familia Echávarri era declarada y activamente
procarlista.
En
febrero de 1936, tras unas oposiciones, obtuvo
plaza de maestro en el grupo escolar "Menéndez y Pelayo" de Madrid y
en abril abandonó esa función en Olazagutia.
Al producirse el
golpe militar estaba en Navarra pasando sus vacaciones, y repartía su tiempo
entre Olazagutia, donde residía su prometida, y San Martín, domicilio
paterno.
A su alrededor y a
muy corta distancia estaban ocurriendo sucesos muy graves.
El 19 de julio,
domingo, el bando de Mola tras el alzamiento provocaba el cese inmediato del ayuntamiento
de Eulate y daba paso a una comisión gestora. Uno de los concejales
cesados, Gregorio García, miembro de la UGT local, sería asesinado unas semanas
más tarde.
El nuevo ayuntamiento
nombrado por los golpistas destituía al guarda de Limitaciones Balbino García
de Albizu (mi abuelo), miembro de la UGT local, que también sería
asesinado poco después.
El día 21 de julio, martes,
quedó destituido el ayuntamiento de Olazagutia y nombrada una gestora, “de carácter gubernativo”. Y fueron
destituidos varios empleados municipales “por
haberse distinguido en actividades extremistas y pertenecer a organizaciones de
igual índole”.
He citado estos casos
porque estas noticias eran conocidas por Domingo Bados que, el 25, sábado, día
de Santiago, fue detenido en Améscoa por un grupo conocido como “la Guardia
de Zudaire”, que lo trasladó, no está claro, si a Alsasua directamente, o
antes a Olazagutia.
Las cuatro personas que formaban parte del grupo que lo detuvo cargaron los gastos de esa detención al ayuntamiento de Améscoa Baja, en nota manuscrita que dice: “Cuatro endividuos por la detención del Maestro de Olazagutia, 4 comidas a 3 pts … 12,00”. Lo que debe entenderse como que realizaron este y otros trabajos similares con la venia municipal. Y también, que comieron en el lugar de destino, Alsasua u Olazagutia, a cuenta de la detención y por ser la festividad de Santiago.
Nota de gastos de los cuatro amescoanos que llevaron a Domingo detenido
Una vez en Alsasua,
Domingo pasó a la cárcel, de donde fue sacado por unos falangistas la noche del
27 de julio, lunes, llevado a la carretera de Pamplona y muerto por disparos de
arma corta. Tras darle muerte, siguiendo instrucciones del oficial al mando, un
capitán de Falange, pasaron con el coche sobre la cabeza del cadáver a fin de
desfigurarlo y dificultar su reconocimiento.
Pero cuando se
llevó el cadáver ante el juez, para que ordenase la autopsia, no solo supo
quién era la víctima, a quien conocía personalmente, sino que lo comprobó al
extraer la cartera de las ropas del cadáver, precaución que no habían tomado los ejecutores. Se lo notificó así al capitán de
Falange, pero este, tras arrojar la documentación al fuego, le ordenó declarar
irreconocible al cadáver en el Acta de Defunción.
Y como tal cadáver no
identificado, fue enterrado en la fosa común del cementerio de Alsasua.
Así lo narra Marino
Ayerra Redín en su libro “No me avergoncé del Evangelio. Desde mi parroquia”,
publicado en 1958 y en 1959 en Buenos Aires y en 1978, con notas de Jimeno
Jurío, en Bilbao.
Ayerra tuvo
información inmediata por uno de los ejecutores de Domingo Bados y por el juez
de Alsasua, Alejo Leoz, que firmó el Acta de Defunción.
Así se lo describió
años después Ayerra a José María Jimeno Jurío, que había obtenido testimonios
similares en sus encuestas realizadas en Alsasua.
Y así consta en el
Juzgado de Alsasua en el que existe un Acta de Defunción, que localicé en 2012,
con la ayuda de Javier García García de Eulate, que colaboró en la
investigación histórica de la represión derivada del golpe militar de 1936.
Este es el primer
maestro navarro y amescoano en ser depurado por el Movimiento Nacional. En
septiembre, su hermano Balbino, también maestro, también amescoano, sería
igualmente depurado por el sistema de tiro nocturno y fosa.
Algo contaré al
respecto antes de que hordas patrióticas proclamen un Movimiento Nacional.2 y declaren
altamente tóxica la Memoria Histórica.
Para saber más:
GARCÍA DE ALBIZU, Balbino (2017). "¿Qué hicimos aquí con el 36? La represión de civiles en retaguardia por su ideología en las Améscoas y Urbasa". Editorial: Lamiñarra. Pamplona.
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