Telarañas: La belleza de las cosas pequeñas y próximas.
No conozco a nadie
a quien le gusten las arañas, pero voy a romper una lanza en su favor y lo haré
usando su obra habitual: la telaraña. No la de interior, que todos asociamos con
la falta de limpieza y nos produce un cierto rechazo más o menos agudo.
Algo hay que decir de la artista, empezando porque es un artrópodo (del griego "patas articuladas") y que son, según dicen 45.000 especies. Que es muy abundante en todo el planeta y buena prueba de ello es que puede encontrársela en cualquier parte excepto en la Antártida. Y que están aquí desde hace millones de años.
La reproducción de las arañas es sexual y consecuencia de la cópula de un macho y una hembra. Cópula, que viene precedida de un cortejo. Tras la cópula, de la unión de gametos se forma un embrión y los huevos resultantes, muy numerosos, son depositados por la hembra que cuida de ellos e incluso de las crías.
Añadiré que cuentan con cuatro pares de patas, que viven en cualquier lugar donde exista alimento y que este puede ser cualquier tipo de insecto de pequeño tamaño que consigan atrapar y más que devorarlo, lo que hacen en general, es absober sus líquidos.
Por otro lado, no
precisan agua en su alimentación, por lo que son frecuentes en ruinas y
edificios cerrados o abandonados.
Son seres
solitarios y viven y cazan de forma independiente.
Con la llegada de
las temperaturas frías adoptan un estado de letargo invernal, ralentizando de
forma drástica su metabolismo a fin de requerir un mínimo de energía para la
supervivencia.
A fin de evitar las
temperaturas extremas buscan lugares más protegidos, como: Grietas y rendijas
en rocas y cortezas de árboles, raíces superficiales pero cubiertas por la
hojarasca y agujeros y cavidades en troncos de grandes árboles.
Precisamente es la arquitectura de las trampas
que preparan para la caza la que llama la atención, de aquellos que se acercan a
la Naturaleza no como quien acude a un gimnasio, sino como quien quiere conocer
la vida que le rodea y reconocerse en ella.
Y
más curioso resulta aún, aunque explicable y accesible, el mecanismo que poseen
las arañas para satisfacer sus necesidades alimenticias, que precisan eficacia
predadora.
Curioso, explicable
y accesible para quien guste de saber lo que había antes de estar nosotros, lo
que convive con nosotros y lo que nos sobrevivirá tras que nos exterminemos
como especie por nuestra mala cabeza.
Estoy
hablando de las telas o sedas de araña y aunque existen muchas variedades, me
limitaré a comentar y mostrar imágenes de las más frecuentes en nuestro
territorio.
Las telarañas le
son imprescindibles a esta especie porque son prácticamente el único medio de
conseguir su alimento. Son trampas de
caza altamente sofisticadas por su materia prima, por su diseño y por su
funcionamiento.
Materia prima.
La materia prima es
una proteína autoproducida por la propia araña en unas glándulas situadas en su
vientre en la parte trasera de su cuerpo. En estas glándulas nadan, en una
solución de proteínas, unos a modo de ladrillos en suspensión en un gel. Cuando
la araña decide hilar bombea esta solución por unos finos conductos llamados
hileras, que obligan a las piezas proteinicas a alinearse para poder pasar por
ellos, a la vez que a orientarse y a contactar.
De tal manera que al salir al exterior lo hacen ya formando un hilo con elementos bien presionados entre sí. Se produce una rápida evaporación de las moléculas de agua que contienen y las proteínas se unen firmemente entre si formando un cordón, realmente un hilo de estructura muy consolidada. Este proceso de secado y consolidación es instantáneo y dura nanosegundos.
El hilo resultante
puede ser de diferente diámetro a voluntad de la araña. Igualmente puede ser
pegajoso o no, lo que facilita la captura de las presas.
La ciencia se
asombra de las características del hilo producido por la araña, que supera en
diversas pruebas a los materiales más sofisticados creados por el hombre.
Diseño
Las telas de araña
o telarañas pueden ser de formas muy variadas pero esto es un blog, no un
master, y las formas básicas dominantes que he podido ver son las espirales o circulares y
las de embudo o bolsa. Profundizando más, diría que dentro de las espirales están las abiertas
y las cerradas. Y dentro de las de embudo, las normales y las hondas.
Tienen mayoritariamente
finalidad de caza, pero sirven también a la araña para ocultarse, para proteger
los huevos, para reciclaje y realimentación una vez obsoleta, para encapsular a
las presas, etc.
Funcionamiento
Las telarañas
funcionan básicamente para la captura de insectos voladores o saltadores, que
no se aperciben del ingenio colocado a tal efecto y quedan atrapados en él.
Normalmente por la pegajosidad de los hilos en la cara de captura. De ahí que la araña teja la trampa por la cara opuesta, porque ella misma
tendría problemas de lo contrario.
Las arañas, y son
normalmente las hembras las cazadoras, se quedan camufladas en un extremo de la
tela y esperan a que un estremecimiento de la misma indique que ha caído una
pieza. Y parece que es así porque su fuerte no es la vista precisamente y el
temblor es mejor aviso de captura que la mirada.
Las telarañas en la medicina popular
En diversas
culturas han sido utilizadas para tratar diferentes tipos de dolencias:
.- Cura de heridas
y detención de hemorragias. Se usaban como vendaje y para acelerar la
cicatrización.
.- Tratamiento de
infecciones y quemaduras, aplicándolas como compresas.
.- Reducción de
inflamaciones.
Las investigaciones
modernas han demostrado que esta proteína posee propiedades interesantes. Tiene
características antimicrobianas y es biocompatible . Su estructura fibrosa y
adherente ayudaba a formar una barrera física sobre la herida y pudo reducir
las infecciones en una situación en la que no existían medicamentos.
Hace ya tiempo que no se utiliza porque se considera que el riesgo de introducir suciedad, bacterias o esporas
de hongos de la telaraña real supera cualquier beneficio potencial.
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