Ver mariposas en Améscoa: De Lizarrosta a Igarate
He leído
hace poco un titular algo alarmante:
El mundo se queda sin mariposas
Y
explica a continuación que tanto en Estados Unidos como en Europa, que es donde
se realizan controles, se obtienen esas conclusiones: nos estamos quedando sin
mariposas.
.- Pues bueno, dirán algunos, Y qué.
Y
me acordé de las “andadas”, más que paseos, que nos dábamos Arantza y yo, por
el lugar donde más y más variadas especies de mariposas hemos visto. Y pensé
que los ignorantes en una materia nos admiramos por poca cosa y quizá no era
para tanto. Y para comprobarlo he recurrido a los recuerdos subjetivos (los que
quedan en la mente) y objetivos (los que quedan en las imágenes guardadas). Y
he recurrido también a las opiniones de los expertos.
Empiezo
por el final y es que realmente disminuye la población de mariposas en el
“primer mundo”, el del alto nivel de renta del que formamos parte. Y también es
cierto que eso es grave, porque son parte de los insectos polinizadores,
imprescindibles para la continuidad de toda clase de cultivos y de reproducción
de plantas y flores.
Aunque
son abejas y abejorros los que lideran esa función, las mariposas les siguen y
les superan en ciertos aspectos porque cubren distancias mucho más largas en
sus desplazamientos. Y por esa misma movilidad, pueden conectar plantas de
diversas variedades genéticas.
Tras
leer esto, vi también que se había creado en España una asociación, Zerynthia (Asociación Española para la Protección de las Mariposas y su Medio), para el
estudio, conservación y divulgación de la función de estos insectos, los
lepidópteros.
Y me enteré de más cosas. Que se había establecido una microrreserva de
mariposas en Lapoblación-Meano, en esta Merindad de Estella.
Tras enterarme de todo esto, confieso que, con mucho retraso, decidí
escribir sobre el tema en el blog para participar en esa divulgación. Y lo hago
porque considero que hay un recorrido, en el Monte Limitaciones de Améscoa, que
está, actualmente, muy bien dotado, para la observación de esta especie de
insectos.
Al menos, para los simples aficionados a la naturaleza como nosotros, sin
mayores saberes previos ni diplomas, sin prisas por hacer kilómetros y
machacarse y con ganas de saber un poco más de su tierra antes de ir a conocer
mundos exóticos.
El tramo que propongo como interesante para la observación es desde el
bojedo de Lizarrosta hasta la entrada de
Igarate y vuelta, sin salir de la pista principal. En julio/agosto, a partir de las
11:00’ a.m. con cielo despejado, y mejor en día laborable.
Y antes, para no caer de bruces en el tema, haré una
breve presentación.
No está de más decir que las mariposas diurnas son los
únicos insectos que no tienen mala prensa. Quizá porque su curriculum es
impecable. Son más o menos hermosos, no son invasivos, no atacan, no son
depredadores de otras especies, no causan daños en cultivos, no pican, no
producen alergias y no transmiten enfermedad alguna. Además, realizan una importante
función polinizadora.
En total se estima que existen más de 25.000
variedades de mariposas, presentes en todo el planeta excepto en la Antártida.
Pero la mayor parte de ellas están en países tropicales.
En España concretamente, no llegan a 300 las mariposas diurnas catalogadas.
Las mariposas adultas tienen dos pares de alas,
insertadas en la parte anterior del cuerpo o tórax. Donde también se insertan
tres pares de patas, reducidas a dos pares en algunos casos, por pérdida del
par delantero.
En la cabeza se encuentran los ojos compuestos, las antenas, los palpos y la espiritrompa enrollable para absorber el néctar de las flores y alimentarse. Y el largo abdomen, en el que se hallan los órganos que rigen el sistema respiratorio, circulatorio, digestivo y reproductor.
Su ciclo biológico se inicia en el apareamiento de macho y hembra y puesta de los huevos por esta sobre la planta que servirá de alimento. Del huevo saldrá la oruga que se convertirá en crisálida para devenir, finalmente, en mariposa.
Su envergadura puede oscilar entre 2 y 10 cm. Su peso entre 0,3 y 1,0 gr. Y su longevidad, alcanzada la fase adulta, no alcanza los dos meses.
No hay comentarios:
Publicar un comentario