El Roble del Centinela (Zudaire)
Roble del Centinela (Zudaire) Fotografía cedida por Juan Carlos UrraAsí era
llamado cuando preguntamos por él en los ochenta y así ratificaron su nombre
los encuestados al comienzo de los noventa, cuando Arantza Garate y yo
recopilamos información para la Toponimia Menor de Zudaire[1].
En
1991, por Decreto Foral 165 de 25 de abril (junto a otros treinta árboles más
de diversos lugares de Navarra) era declarado “Monumento Natural”.
Se
aducen como motivos generales: el haber quedado presentes en la memoria
colectiva, su singularidad dendrológica, su relieve histórico, su interés
científico-cultural o su calidad paisajística. Y se pretende regular su
protección y conservación.
Y se le
cita como:
Monumento Natural nº 5
Nombre del árbol: El Centinela.
Género y especie: Quercus faginea Lam.
Localidad: Zudaire.
U.T.M.: WN 708366.
Ya se
produce aquí la primera anomalía. Llamarle “El Centinela” lo era, porque la
denominación tradicional era “El Roble del Centinela”. Pero en rigor botánico
no era/es un roble, Quercus robur, sino un quejigo, Quercus faginea,
y el arreglo fue un estropicio. Para no poner “roble”, pusieron solo “el
Centinela”, con lo que le cambiaron el apelativo. porque aquí nadie sabía lo
que era un quejigo y todo lo que parecía un roble era un roble, sin más matices.
Pintura de Kay Woo, 2017. Fotografía publicada con su autorización. Pero
vamos al grano, el roble está al pie o al comienzo, mucho más claramente hace
un par de siglos que ahora, del trazado del Puerto, por donde se salía y
entraba a Zudaire por su lado norte. Que era el acceso estratégico en tiempos
de las Guerras Carlistas, en especial de la Tercera, o eso habían oído o creían
haber oído o creían recordar. Y por ese carácter estratégico, se ponía allí un
centinela y el roble hacía la función de garita. Porque ofrecía una quiebra en
su tronco de un tamaño tal que el que allí estaba destinado para la función
podía resguardarse y ocultarse.
Que
pasada la necesidad de utilizar ese servicio, se consiguió cerrar el nicho
existente en el roble mediante un tablón y completó la tarea el propio árbol
cerrándose sobre sí mismo.
Y que
ahí queda el vetusto y legendario “Roble del Centinela” que es un quejigo, para
ser admirado, a poca distancia del Crucifijo/Kruzifixio, según plano adjunto.
Vista parcial de Zudaire según mapa de IDENA Navarra.P: Aparcamiento. H: Hotel. C: Crucifijo. RC: Roble del Centinela
El
árbol es de tronco corto y fuerte y su altura la desarrollan las ramas que, por
cortes o pérdida prematura, parecen desequilibrarlo y le dan una imagen
asimétrica. Solo numerosas y abultadas raíces que asemejan un túmulo parecen
sostenerlo en pie.
Las
medidas de diámetros y copa figuran en la ficha del Gobierno de Navarra.
Las que
no son válidas en la actualidad son las coordenadas que proporciona dicha
ficha. X: 570.757 Y: 4.736.444.
Lo
advierto para no copiarlas e inducir a error y llegar a un cultivo de una
propiedad privada donde no hay roble alguno.
Agradecimiento a Javier Echeverría y a Juan Carlos Urra por precisiones necesarias. Y a éste y a Kay Woo por sus aportaciones a la ilustración de esta "entrada".
[1] Informantes: Moisés Arteaga Arteaga (1916), Juan José Arteaga Cegama (1933), José Bacaicoa Ruiz (1929), Rufino Cegama San Martín (1930), Honorata Izpura Sanz (1909), Teófilo Urra Sanz (1904), Víctor Urra Izpura (1935).
Así era
llamado cuando preguntamos por él en los ochenta y así ratificaron su nombre
los encuestados al comienzo de los noventa, cuando Arantza Garate y yo
recopilamos información para la Toponimia Menor de Zudaire[1].
En
1991, por Decreto Foral 165 de 25 de abril (junto a otros treinta árboles más
de diversos lugares de Navarra) era declarado “Monumento Natural”.
Se aducen como motivos generales: el haber quedado presentes en la memoria colectiva, su singularidad dendrológica, su relieve histórico, su interés científico-cultural o su calidad paisajística. Y se pretende regular su protección y conservación.
Y se le cita como:
Monumento Natural nº 5
Nombre del árbol: El Centinela.
Género y especie: Quercus faginea Lam.
Localidad: Zudaire.
U.T.M.: WN 708366.
Ya se
produce aquí la primera anomalía. Llamarle “El Centinela” lo era, porque la
denominación tradicional era “El Roble del Centinela”. Pero en rigor botánico
no era/es un roble, Quercus robur, sino un quejigo, Quercus faginea,
y el arreglo fue un estropicio. Para no poner “roble”, pusieron solo “el
Centinela”, con lo que le cambiaron el apelativo. porque aquí nadie sabía lo
que era un quejigo y todo lo que parecía un roble era un roble, sin más matices.
Pero
vamos al grano, el roble está al pie o al comienzo, mucho más claramente hace
un par de siglos que ahora, del trazado del Puerto, por donde se salía y
entraba a Zudaire por su lado norte. Que era el acceso estratégico en tiempos
de las Guerras Carlistas, en especial de la Tercera, o eso habían oído o creían
haber oído o creían recordar. Y por ese carácter estratégico, se ponía allí un
centinela y el roble hacía la función de garita. Porque ofrecía una quiebra en
su tronco de un tamaño tal que el que allí estaba destinado para la función
podía resguardarse y ocultarse.
Que
pasada la necesidad de utilizar ese servicio, se consiguió cerrar el nicho
existente en el roble mediante un tablón y completó la tarea el propio árbol
cerrándose sobre sí mismo.
Y que ahí queda el vetusto y legendario “Roble del Centinela” que es un quejigo, para ser admirado, a poca distancia del Crucifijo/Kruzifixio, según plano adjunto.
El
árbol es de tronco corto y fuerte y su altura la desarrollan las ramas que, por
cortes o pérdida prematura, parecen desequilibrarlo y le dan una imagen
asimétrica. Solo numerosas y abultadas raíces que asemejan un túmulo parecen
sostenerlo en pie.
Las
medidas de diámetros y copa figuran en la ficha del Gobierno de Navarra.
Las que
no son válidas en la actualidad son las coordenadas que proporciona dicha
ficha. X: 570.757 Y: 4.736.444.
Lo advierto para no copiarlas e inducir a error y llegar a un cultivo de una propiedad privada donde no hay roble alguno.
Agradecimiento a Javier Echeverría y a Juan Carlos Urra por precisiones necesarias. Y a éste y a Kay Woo por sus aportaciones a la ilustración de esta "entrada".
[1] Informantes: Moisés Arteaga Arteaga (1916), Juan José Arteaga Cegama (1933), José Bacaicoa Ruiz (1929), Rufino Cegama San Martín (1930), Honorata Izpura Sanz (1909), Teófilo Urra Sanz (1904), Víctor Urra Izpura (1935).



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