La guerra con Francia que nos trajeron a Améscoa. 1.808-1.813

La guerra con Francia que nos trajeron a Améscoa. 1.808-1.813



Decía en mis comentarios anteriores al tratar sobre la Revolución Francesa, de 22/06/2024 y 23/01/2025, publicados en  este blog, que en 1789, los franceses decidieron introducir cambios drásticos en sus mecanismos políticos. Y que el seísmo político ocurrido en el país vecino estuvo mal visto en toda Europa en general, y en España en particular, por temor de que aquel virus naciente llamado “república”, fuera contagioso y afectase a los poderes que habían  ejercido el dominio durante siglos: la nobleza y el clero.

El gobierno español declaró la guerra a la República Francesa el 17 de abril de 1793 como respuesta a la ejecución de Luis XVI. El ejército español, bajo el mando del general Antonio Ricardos, invadió el Rosellón con un fuerte cuerpo de ejército.

Pero el problema no fue solo que hubiera monarquía en España, sino que reinaba un monarca incompetente, Carlos IV, primo del guillotinado Luis XVI, asesorado por un imberbe guardia de corps, Manuel Godoy, nombrado primer ministro con 25 años. Este firmó con Gran Bretaña la adhesión de España a la Primera Coalición de monarcas europeos contra Francia.

De la inmediata guerra con Francia, solo se salió firmando un pacto vergonzante (22/07/1795) por el cual, Francia pasó de ser el enemigo “ateo y regicida”, a ser el aliado contra la “malvada” Inglaterra, hasta entonces, aliada. Cambio de chaqueta para evitar males mayores porque el ejército francés había llegado ya hasta Miranda.  

Y como aliada, se firmaba con Francia el Tratado de San Ildefonso (1796), por el que el gobierno español se convertía en un satélite de la república francesa.

No me voy a entretener en los movimientos de la política española durante los diez años siguientes. Resumiré diciendo que, en 1807, el incompetente Carlos IV continuaba como monarca y el ya curtido Godoy, tras ser cesado, había retomado el mando de la política española. Y, para acabar de remover la revuelta situación europea, había llegado al poder en Francia el ególatra Napoleón Bonaparte. Como añadido, se sumaba otro Borbón, Fernando VII, de parecido nivel de incapacidad a la de su padre Carlos IV.

Y a comienzos de 1808, el ejército francés entraba en Navarra camino de Portugal, con la excusa de atacar aquel país por su alianza con Gran Bretaña.

Los genios de la estrategia militar habían descubierto que Améscoa, acuñada entre Urbasa y Lokiz era un territorio óptimo para desarrollar la guerra de guerrillas y poner en jaque a cualquier ejército, por poderoso y adiestrado que fuera.

Y así, la guerra con Francia la trajeron a Améscoa. 

Y con ese "regalo" discurrieron los cinco años, 1808-1813, que duró esta pesadilla. Cinco años en directo, porque sus daños colaterales duraron mucho más, pero esto es un blog, y yo es hasta donde llego a día de hoy. Por lo que me remitiré a dar unas pinceladas extraídas de los Libros Parroquiales amescoanos de la época.

Y que denotan que si a los amescoanos no les gustaba ir a la guerra con Francia, la guerra con Francia se la trajeron a Améscoa. Ahí va:

 

1808

Muere un vecino de Larraona, Martín Sáez de Amézaga, viudo de Mª Jesús Sáez de Larramendi. Lo apresaron y condujeron los soldados del ejército francés a la villa de Puente la Reina, donde lo mataron el 18 de octubre. Dejó seis hijos.

 

1811

Baquedano, Entre 20 de abril y 21 de junio mueren siete varones de edades entre 18 y 25 años sin que se mencione la causa. Provienen de diferentes orígenes (Navarra, Extremadura, Aragón, Granada). Entiendo que son soldados de la División de Navarra muertos por el ejército francés.

Baquedano, 16 de junio, saqueo del pueblo por el ejército francés.

Zudaire, El 7 de junio, muere un soldado de 20 años

Zudaire, el 14 de junio, muere un soldado de 25 años, de Extremadura.

 

1812

Eulate, el 15 de marzo, murió un voluntario de la División de Navarra.

Zudaire, el 17 de marzo la tropa francesa está en el pueblo. 

Eulate, Hospital de Guerra, 

  En 1812, Eulate, Mueren y son enterrados en la ermita de San Juan.

  Entre los meses de junio y diciembre, ambos inclusive, 28 soldados de la División de Navarra fallecen tras ser atendidos de sus heridas en el Hospital Militar improvisado y camuflado en Eulate. El párroco local de la iglesia de San Martín, Gerónimo García de Albizu, les administra los últimos sacramentos y les hace funerales y función de entierro. Sus cadáveres son enterrados clandestinamente en la ermita de San Juan Bautista y sus partidas de defunción son anotadas aparte del resto de difuntos locales. La edad de la mayoría de ellos se sitúa entre los 18 y 25 años.         

Eulate, el 7 de julio, quitan la vida a las 5 de la tarde, a un soldado que se hallaba herido en una borda, una división de las tropas francesas.

Zudaire, el 8 de junio. “fallecieron de muerte violenta a las 5 de la mañana cuatro varones de 27, 24, 50 y 50 años a 5 de la mañana (Olazagutia, Ciordia, San Román y Echarri Aranaz). “no recibieron sacramento alguno ni testaron por no haber dado lugar para ello”. “Sus cadáveres fueron depositados en esta iglesia en la tarde del mismo día,”

















Eulate, Se anotó en los gastos del Libro de Fábrica que durante ese año "pagó la iglesia a una persona por custodiar las ropas en el monte" y que se hicieron cajones "para retirar y conservar las ropas y alhajas de la iglesia".

Aranarache. Sin concretar la fecha se dice: “haber robado del Sagrario el copón que antes tenían el año 1812 en una de las muchas veces que llegó a a este pueblo la tropa francesa”.

 

1813

EulateHospital de Guerra. Mueren dos soldados de la División de Navarra, uno en febrero y otro en marzo, ambos de 18 años. Y son enterrados en la ermita de San Juan.

Artaza, el 28 de marzo. “Se le dio tierra en esta iglesia a un soldado voluntario de Navarra y no se pudo averiguar su nombre ni patria. Se creyó que lo mataron los franceses porque en medio de la frente tenía un bayonetazo que le pasaba hasta el lado opuesto”.

Artaza, el 6 de mayo. Falleció Saturnina García de Eulate, natural de San Martín. "Su enfermedad resultó sin duda de los días que tuvo que pasar, como otros muchos, en los montes, fugitiva de los ejércitos franceses que con frecuencia llegan a Amescoa, en Arripuia, donde entre peñas tenemos muchos comestibles y cosas de casa. Se sintió enferma y a los cinco días murió. El día siguiente le di sepultura en la de su casa sin asistencia de otros sacerdotes por cuanto no lo permitían las novedades que ocurrían con las llegadas repentinas de los franceses…"

  

Larraona, el 12 de mayo “Padeció este pueblo un horrible saqueo de las tropas francesas sin perdonar a la iglesia ni ermita de Nuestra señora de la Blanca, rompiendo sus puertas principales y robando todo lo mejor que había y se llevaron el cáliz que consta en el inventario habérsele entregado a Ramón Ruiz de Zuazu, como ermitaño de dicha basílica y así mismo se llevaron varias reliquias que había engarzadas en plata, por lo que en ningún tiempo se le deberá hacer cargo al dicho por no haber tenido culpa, pues todo el vecindario desamparó el pueblo y para que conste en todo tiempo y lugar hice esta nota yo el cura de la dicha iglesia hoy día 14 de dicho mes y año.”

  Y recojo algunos comentarios, creo yo que muy atinados, del párroco de Eulate, Gérónimo García de Albizu (1768-1834):

“…pues miradas las cosas según el tiempo están mejor y más seguros los caudales de las iglesias y algunas alhajas refundidas entre los vecinos... o a cargo del común que en las iglesias, por el peligro de robarlas los franceses o exigirlas los realistas, como hay bastantes ejemplos, quedándose sin ellas las iglesias y los pueblos, que son los más acreedores y dignos de alguna atención en las presentes urgencias y necesidades, de exorbitantes contribuciones, saqueos y vejaciones que estamos sufriendo”.

Suya fue la decisión de vender la cruz de plata a Segundo Ruiz, Maestro platero de Estella en 1262 Reales, que se destinaron a sufragar el gasto que tenía el pueblo en las raciones que las tropas en conflicto les exigían.  

“…por lo dificultoso de conservarla por las continuas llegadas de los franceses y acuartelarsen en las iglesias para pernoctar en ellas, robando cuanto hallaban de precioso o de algún valor, ya también los realistas, algunos con título de Cruzados que exigían cuantas alhajas de oro o plata había en ellas, pareció menos mal a todo el pueblo valerse de su valor, viéndose en tal caso tan comprometido…

Además de las pinceladas aportadas, todos los pueblos fueron obligados a entregar buena parte de sus cosechas de cereal y cabezas ganado para raciones de uno y otro bando, como dejan muy claro los Libros Parroquiales y el párroco de Eulate, que debió hacerse cargo de la función por fallecimiento repentino de Santiago de Albizu, párroco anterior, en 1810.  

   Y voy a terminar diciendo que no vale con responsabilizar solo a los franceses de lo ocurrido, que también. Ni siquiera a ambos contendientes, que también, por si no ha quedado suficientemente claro. Sino y principalmente, a quienes desde sus palacios, tronos y despachos, como también ocurre hoy, tomaron decisiones de inmiscuirse en las opciones de otros países y para que otros fueran a matarse y a morir por las ideas que ellos dictaron, algo que ellos no hicieron personalmente. 

  Carlos IV murió de gota, tras vivir exiliado en Francia y Roma, pensionado por Napoleón y otros. Godoy murió en París con 85 años tras escribir sus memorias, sin haber pisado el frente de batalla.

Los amescoanos pagaron muy caras las decisiones de ambos.


 

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