Los primeros Mojones del siglo XXI, 2005, Eulate

Los primeros Mojones del siglo XXI, 2005, Eulate 
                   Xabier Sáez de Jauregui lee el Acta de Junta.                        Foto de archivo propio.

        Fecha: Sábado, 2 de julio

  Lugar del Mojón: Eulate/Aranarache/Limitaciones

  El lugar previsto para la colocación del Mojón era el punto en el que coincidían tres mugas. En este caso, Eulate, Aranarache y Limitaciones. El paraje ha sido denominado de muy variadas maneras. Una de ellas y en sentido amplio, Peñas de Santa Isabel[1]

 En las revisiones de amojonamientos, que tienen ya un significado más preciso, fue denominado Azpelaqui y recordando, además, que en lo antiguo se llamó “Mugataco iturria, por salir el agua en bajo de juntarse las tres mugas”.

  El lugar alcanza justamente los 1000 metros de altitud y ofrece una vista excelente sobre Eulate y el perfil de Lokiz.

                     Vista de Eulate desde la posición del Mojón.                   Foto de archivo propio

El día ya amaneció despejado y caluroso desde hora temprana, pero la fronda del hayedo proporcionaba aire acondicionado muy de agradecer.

El mojón a colocar era de nuevo estilo. Largo sí, pero con líneas más toscas, más parecido a los tallados seis siglos antes. Lucía en una cara, la que quedó orientada hacia el este, la “E” de Eulate. En la trasera, la “A” de Aranarache. Y en el lateral que afrontaba al norte, el haya frondosa y la “L” de Limitaciones.

Mojón de 2005. Fotos de archivo propio

    Iñigo San Martín y Nacho Martínez fueron los que fijaron la pieza. Xabier Sáez de Jáuregui leyó el acta de Junta y José Manuel García de Eulate se encargó de oración y bendición.



Asistentes escuchan la lectura del Acta de Junta. Foto de archivo propio.


      José Manuel García de Eulate lee la Oración del Mojón.                                                     Foto de archivo propio.







 

Asistentes escuchan la Oración del Mojón. Foto de archivo propio

Y de la colación nos encargamos los presentes, más de cien personas, la cifra más numerosa hasta la fecha. Y, además, como se estaba muy a gusto, por el aperitivo y por la compañía, la sesión se prolongó durante largo tiempo.

        Colación bajo la umbría del hayedo. Foto de archivo propio.


[1] Había una senda empinada que alcanzaba el alto en un lugar que llamaban portillo de Santa Isabel y que debía ese nombre a la cercana ermita de Santa Isabel o de la Visitación de Nuestra Señora, ya desaparecida y de la que quedaban ruinas en el paraje, hoy no transitado y casi totalmente desconocido. Dejó de mencionarse en la documentación a finales del siglo XVIII.




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