Aranarache y sus ermitas en 1731
Interior de la ermita de San Miguel de Aranarache.Reconstrucción realizada con la colaboración de Gemini
Cinco ermitas constan
en la documentación existente sobre Aranarache.
Santa Águeda que es
mencionada por última vez por el Visitador del Obispado de Calahorra en 1799.
En 1827 ya no la cita. Lo mismo ocurre con
San Cristóbal.
La Visitación de
Nuestra Señora, es mencionada como ermita de Santa Isabel en la siguiente
visita, en 1760 y también en 1784, pero ya no es mencionada en la de 1799.
Y dos son las que
quedan en pie después, al menos, de cinco siglos de vida:
La de San Lorenzo, en
ocasiones, San Llorente o San Laurencio, es nombrada con frecuencia en los
libros parroquiales con motivo de legados y misas. Tuvo ermitaño, no porque
viviera en ella, sino porque cuidara de tenerla en condiciones.
La de San Miguel fue
instituida como cofradía del lugar y a ella pertenecían todos los vecinos de
Aranarache. En su recinto se reunían los alcaldes y concejales de los lugares
de Améscoa Alta para tratar de asuntos comunes.
Ermita de San Lorenzo sobre AranaracheDibujo realizado con la colaboración de Gemini
Interior de la ermita de San LorenzoDibujo realizado con la colaboración de Gemini Para saber más:
GARCÍA DE ALBIZU, Balbino (2022), «HISTORIA E HISTORIAS DE NUESTRAS
ERMITAS. AMÉSCOA ALTA (I)»,
en Conociendo
el pasado amescoano, VI, Iruña-Pamplona: Lamiñarra, pp. 201-266.
Cinco ermitas constan
en la documentación existente sobre Aranarache.
Santa Águeda que es mencionada por última vez por el Visitador del Obispado de Calahorra en 1799. En 1827 ya no la cita. Lo mismo ocurre con San Cristóbal.
La Visitación de
Nuestra Señora, es mencionada como ermita de Santa Isabel en la siguiente
visita, en 1760 y también en 1784, pero ya no es mencionada en la de 1799.
Y dos son las que
quedan en pie después, al menos, de cinco siglos de vida:
La de San Lorenzo, en
ocasiones, San Llorente o San Laurencio, es nombrada con frecuencia en los
libros parroquiales con motivo de legados y misas. Tuvo ermitaño, no porque
viviera en ella, sino porque cuidara de tenerla en condiciones.
La de San Miguel fue instituida como cofradía del lugar y a ella pertenecían todos los vecinos de Aranarache. En su recinto se reunían los alcaldes y concejales de los lugares de Améscoa Alta para tratar de asuntos comunes.
GARCÍA DE ALBIZU, Balbino (2022), «HISTORIA E HISTORIAS DE NUESTRAS
ERMITAS. AMÉSCOA ALTA (I)»,
en Conociendo
el pasado amescoano, VI, Iruña-Pamplona: Lamiñarra, pp. 201-266.



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